jueves, 28 de noviembre de 2013

Yo leo Romántica ¿ y qué?; Crónica de una tarde memorable. Valencia, 27 de noviembre de 2013






Siempre he pensado que tengo un trabajo muy afortunado. Ser bibliotecaria me reporta muchas satisfacciones entre las que se encuentra el conocer y descubrir nuevas voces dentro de la Literatura. Y, si a estas voces tienes la suerte de conocerlas en persona, la satisfacción es mayor.

Eso es lo que me ocurrió ayer. Valencia tiñó su tarde de magia. sentimientos, sensaciones, alegría, amistad y buenas vibraciones. A las 7  tuvo lugar en El Corte Inglés de la Avenida de Francia una Mesa Debate en torno a la Literatura Romántica. Mesa Debate con un título de lo más reivindicativo, y con el que estoy muy de acuerdo: Yo leo Romántica ¿ y qué?. En él intervinieron 4 de las plumas más representativas del género: Olivia Ardey, Megan Maxwell, Regina Román y Mar Carrión.

Como era de esperar, la Sala se quedó pequeña. Me agradó ver la gran cantidad de público que asistió al acto, público no solo compuesto por chicas sino también- y esto hay que destacarlo- de chicos. Sí, chicos. Pues la Literatura Romántica es una Literatura de sexos sino, simplemente eso: Literatura.

Hasta hace muy poco, la Literatura Romántica no acababa de convencerme. Quizá era debido a que las novelas que había leído habían sido muy " pastelones". ¿Qué fue lo que me hizo cambiar de idea? Pues dos novelas que me leí, una de ellas para hacer la reseña para Anika entre Libros, que no fueron otras que: "En un rincón del alma" de Antonia J. Corrales y "Delicias y secretos en Manhattan" de Olivia Ardey.  Recuerdo que, mientras estaba leyendo, iba diciéndome a mí misma: ¡ Dios mío¡ Esto es no se parece en nada a la Literatura Romántica que he leído hasta ahora¡  ¡ Nada que ver con las novelitas editadas por Jazmín o Harlequín ¡  O las radionovelas que escuchaba en casa de mi abuela ( o que ella me contaba mientras paseábamos por el sol)


¡ No¡ Lo que tenía en mis manos, lo que devoraban mis ojos eran historias llenas de sentimientos, de esos que se calan muy adentro de tí, que hacen que se estremezcan todas las células de tu cuerpo, que tiembles durante muchas horas una vez concluida la lectura, que quieras leer más y más. Olivia y Antonia me descubrieron una nueva Literatura Romantica que, desde entonces, no he dejado de leer.

Porque sí, yo leo Romántica ¿ y qué? No es un género de segunda fila ni menor. Para mí tiene la misma categoría y nivel que una novela histórica o policíaca. La novela romántica que se escribe hoy en día, aunque también hay excepciones, es una novela de calidad en la que se aprecia una gran labor de documentación, en la que la base literaria se nota y se palpa. Historias bien escritas, narradas, que saben cómo conectar con el lector. Qué darle y qué transmitirle. Historias llenas de sentimientos, de emociones, de aventuras, de amor. Sí, de amor, pero no un amor ñoño o débil. No. Ninguna de las heroínas de estas novelas son, como diría Rosetta Forner, " damiselas de la diadema floja". Sino, auténticas "reinas y diosas" que saben muy bien qué es lo que quieren y cuando. Que no se acobardan a la hora de plantear sus deseos, mujeres que se enfrentan al amor con la cabeza bien alta, que saben qué es lo que quieren y desean, que no se cortan ante el sexo. Mujeres, ya sean en la época contemporánea o histórica, con los pies en la tierra y con las que el lector se identifica. Quizá mucho más que con otras heroínas como pueda ser, en mi caso, Bridgett Jones. Porque es cierto, yo me siento más cercana de Jimena, Yolanda o Marina que de Bridgett.

Y esta cercanía es uno de sus puntos más fuertes y que hace que llegue a tantos lectores. Algo que manifiesto con seguridad y la prueba la tengo en la Biblioteca. Han sido muchas las nuevas lectoras, y lectores, que se han enganchado a leer gracias a que primero han leído una novela de Megan Maxwell o de Olivia Ardey, Ambas han sido como el puente, como el sendero hacía el placer que provoca la lectura. Por eso, por ese sentimiento que provoca, es imposible menospreciar la Literatura Romántica. Para nada es un género menor y de segunda fila. Es más, creo que debe ser más difícil, a la hora de escribir, narrar una historia de amor que un asesinato. Tengo la sensación, porque yo he hecho mis pinitos en el género y lo he sentido en carne propia, que el autor da mucho más escribiendo una historia romántica que una negra, porque los sentimientos y sensaciones que plasma los extrae desde lo más profundo de su ser, se desnuda más ante sus lectores, se mete mucho más en la piel de sus personajes y ello supone un esfuerzo mayor. La Literatura Romántica desgarra más, el autor lo da todo.


La verdad, es que la tarde de ayer fue especial. No solo por todo lo que experimenté al poder intercambiar palabras y cariño con Olivia, Megan, Regina y Mar sino por todo lo que aprendí. Como bibliotecaria la experiencia fue impresionante. Ver a todas las personas que estaban en la sala fue un gran ejemplo de lo que provoca la lectura, de lo importante que es.

La Literatura Romántica está viviendo un auge, de ello hablamos también en el Debate de ayer, un boom que no creo que haya sido motivado solo por estas famosas 50 sombras, sino porque, también, el lector busca y gusta de este tipo de historias. Además, siempre ha habido una Literatura Romántica, con las características de su época es cierto, pero la ha habido. 

No tiene sentido menospreciarla. Como género literario tiene su importancia. Como he dicho, la Literatura Romántica que se escribe hoy en día nada tiene que ver con la que se escribía hace 50 años. Es una Literatura bien escrita y la prueba de ello es la gran cantidad de lectores que arrastra porque es humana como el amor y los sentimientos que hay en ellas.

Como he dicho antes, hasta hace poco era de las que no acaban de gustarme las novelas románticas y, también y pido disculpas, las consideraba género menor pero ya no. Hoy no puedo decir lo mismo y me alegro de ello. Lo que me hacen vivir y sentir estas novelas es algo muy difícil de expresar con palabras.

La tarde de ayer fue mágica en este sentido. Sólo quiero darle las gracias a Olivia, Antonia, Ana, Megan, Regina, Mar, Anabel....por hacer, a través de sus historias, que sea más reina y menos damisela de la diadema floja, que me sienta más segura de mí misma.

Gracias.¡¡¡¡¡