domingo, 6 de enero de 2008

De como una rata ganó a una Catedral.


Muchas veces, el mundo de la Literatura es mágico y te da sorpresas de lo más agradable. Frente a Códigos, Templarios mal historiados, Catedrales tomadas como folletines, hay letras que te cautivan desde la primera sílaba. Letras que van formando historias de esas que no sólo te emocionan sino que te dejan una sensación agridulce en tu interior. Agridulce porque has disfrutado tanto con ellas que te da pena que acaben tan pronto. Esta sensación la he experimentado con bastantes libros, uno de ellos es " La Joven de la Perla" y el más reciente ha sido " Firmin",

Descubrí esta novela gracias a la gran opinión que Pedroemilio escribió sobre ella aquí en Ciao. Nada más leerla, ví que era una de esas novelas y libros que no pueden faltar en la Biblioteca de El Perelló. Aprovechando que he estado de vacaciones, fuí a la librería de Ricardo ( Sant Pere) a por él. Cuando fuí, Ricardo no lo tenía y me comentó que había sido una novela que había tenido tiempo y que devolvió ante su baja venta. Nada más hacer ésto, vino el boom de la misma y se vió obligado a volver a traerla.

Así es, " Firmin" se ha convertido en la sensación editorial de 2007 hasta el punto de que Seix Barral ha llevado con ella una operación comercial poco vista hasta el momento: quedarse con los derechos de autor y ser ella quién los venda. Puede parecer no extraño pero estamos hablando de una novela americana y de una distribuidora española y de las pequeñas aunque tenga mucho renombre.

Bien ¿ y qué nos ofrece " Firmin"? Muchas cosas. Lo primero de todo una originalidad desbordante que se pone al servicio de uno de los mejores fines: ser un homenaje a la literatura, al arte y placer de leer, a la cultura ( algo más importante aún en un momento en el que todo el mundo se queja de que se lee poco pero nadie pone remedio).

Firmin no es una persona, es una rata. Una rata nacida en el seno de una vieja librería de una calle de Boston. Lugar de nacimiento que le marca. A diferencia de sus hermanos y hermanas, Firmin se preocupará de otras cosas que no sean las meras fisiolígicas. Él empieza a comer libros pero, cada libro que come le aporta algo puesto que se da cuenta de que sabe leer. El arte de comer no lo tomo como un sinónimo de devorar sino de aprender. Cada página que se traga se convierte en aprendizaje para él. Ello le hace ser diferente al resto de la familia ( siempre el San Benito de que quién ama la cultura o la lectura es un poco un bicho raro actualmente en un mundo que da la sensación de que lo único que importa es conducir el último cochazo y escuchar música bacaladera).

El devorar los libros, su amistad con el viejo librero, van humanizando a Firmin. Sus sentimientos animales se transforman en humanos. Algo que no ha podido hacer que compare con La Caverna de Platón. Visto desde una perspectíva filosófica, Firmín es el esclavo encadenado que es liberado de la Caverna. Cada uno de los libros que come, cada película vieja de Ginger Rogers y Fred Astair que Firmin ve, es un paso más a alejarse de la Caverna y alcanzar la libertad que decía Platón que estaba en la cultura, en el aprendizaje y es así de cierto.

Al mismo tiempo, y de forma paralela, sucede la transformación del barrio donde vive. Los edificios y comercios añejos van dando paso a los nuevos. Lo moderno avanza sin parar y sin respetar lo clásico, fiel metáfora de nuestra sociedad actual en la que lo último se impone muchas veces sin tener en cuenta el pasado o la Historia que pueda encerrar. En este sentido, Firmin es como el último caballero del siglo XX ( aunque mejor dicho: de una etapa del mismo) que se resiste un poco a sucumbir a la vorágine del XXI.

La novela ha sido escrita por Sam Savage un escritor novel y desconocido por el gran público hasta ahora. Como ha ocurrido con otras ( caso de " La Sombra del Viento" ) la popularidad de Firmin ha venido de mano de los lectores, de los comentarios y recomendaciones que vertían en Amazon y otras páginas como Ciao. Esta recomendación, este boca a boca ha hecho posible que una rata haya sido capaz de convertirse en el más directo rival de Mundos Sin Fínes y Best Sellers por los que la rapidez de la lectura pasan y se quedan sólo en eso: rapidez pero poco contenido.

Afortunadamente, las 222 páginas de Firmin aportan mucho más que la última novela de Ken Follett ( lo siento, como Historiadora no puedo con él). 222 páginas con ilustraciones. Pese a lo que me ha gustado y lo bueno que es, reconozco que a nivel de la Biblioteca no va a ser uno de esos libros por los que la gente se mata ( desgraciadamente, va a ser el otro y voy a tener que comprar 20) ya que carece de diálogo. Pero estoy segura que va a llevárselo gente que ama la literatura ( caso de Manolo) y que disfruta leyéndo, aprendiendo y descubriendo nuevas sensaciones. No se prestará tanto como el otro pero, en comparación, el Préstamo de Firmin será mucho más gratificante.

222 páginas que nos comunican una historia que vale la pena leer y conocer. Sinceramente, en muchos pasajes me he sentido plenamente identificada con Firmin.


Ésta entrada, la he publicado también en Ciao. " Firmin" es de esas pequeñas joyas literarias de las que se siente orgullosa cualquier Biblioteca y con la que vale mucho la pena iniciar un nuevo año.